Por: Mons. Jaime Calderón Calderón | Fuente: Catholic.net
1. Querida familia diocesana de la lectura del texto del evangelista Marcos esta frase quedaresonando en nuestra mente: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? La pregunta del SeñorJesús no solo es la puerta de entrada al conocimiento de todo lo relacionado con el Ungidode Yahvé, sino que de la respuesta que demos dependerá el diseño de nuestra vida cristiana.Para la gente Jesús era un profeta, para los discípulos era el Mesías de Dios, un Mesías terreno, triunfador y exitoso, para quien el cumplimiento de la voluntad de Dios, que a veces pasa por el sufrimiento, quedaba en un segundo plano. La respuesta de Jesús a Pedro reprocha la prisa que le impide discernir la voluntad de Dios para entrar en su proyecto. Esnecesario que, puesto detrás del maestro, continúe su crecimiento como discípulo. Aúntiene que crecer en el discernimiento de la voluntad de Dios. El discípulo crece en lamedida que va dejando su vida en las manos de Dios y va haciendo de la voluntad de Diosel núcleo estructurante de su existencia.
2. Sobre la crisis migratoria. Muy queridos hermanos, con ocasión de una entrevista que mehicieron este pasado jueves sobre lo que está sucediendo en esta región del sur del país y,específicamente en Tapachula, les comparto algunas preguntas sobre las que hereflexionado y respondido, y que, al mismo tiempo, me permite compartir aquello que he podido percibir durante estos años que llevamos caminando juntos.
A. Qué está pasando? Me parece que es posible interpretar lo que está pasando comoGRITOS, esto es, ruegos no atendidos de todo un pueblo que no está siendo escuchado. Ydigo de todo un pueblo porque tengo ya casi tres años sirviendo en estas tierras y, desde que llegué, escribo y comparto, domingo a domingo, un Comunicado breve, con la comunidadcristiana católica, donde les voy poniendo al tanto de lo que voy advirtiendo. El domingopasado escribí sobre la violencia sufrida a los migrantes que, organizados en caravanas, hanquerido partir de la ciudad. Pero, en casi todas las anteriores publicaciones, había tocado,desde varios puntos de vista, el tema de la migración. Por ello, de todo lo que he dicho,pienso que lo que ahora se evidencia son muchos gritos no escuchados tanto de los migrantes varados por toda la ciudad como de los que residimos en esta bella tierra.Considero que no sólo no se escucha a los migrantes, sino que tampoco se ha escuchado al pueblo de Tapachula. Esto se nota, porque hay una deuda social grande con estos pueblos ylo advierto en tantos rezagos como: en la pobreza, la educación, la salud, el desempleo, lainseguridad, la falta de oportunidades para trabajar y llevar una vida más digna… pormencionar los más evidentes y fundamentales. Lamentablemente son gritos de toda una comunidad que se va cansado, fastidiando porque se ha hecho de Tapachula una especie derepresa…con tantos y tantos migrantes aquí contenidos y no atendidos. Yo creo que se estáhaciendo colapsar a todo un pueblo. Es claro que las instituciones están rebasadas y elgobierno no tiene claro qué hacer para salir de esta crisis.
B. De qué manera ayuda la Iglesia en esta situación? Esta familia diocesana, (y aquí merefiero también no sólo a la ciudad de Tapachula, sino a toda la gente de la costa chiapaneca y de la zona sierra que la conforman), este conjunto de pueblos hermanos han sido siempregente muy bondadosa, se han distinguido por su ayuda a todos los migrantes, incluso lejosde los reflectores y de las noticias que se transmiten en los medios. Lo vimos de manera muy clara en la atención solidaria que se les brindó a las grandes caravanas del 2018. Es más, me atrevo a decir que no sólo es la Iglesia Católica, sino que la inmensa mayoría del pueblo chiapaneco es muy noble, cálido y generoso, aún en medio de sus propias pobrezas.Por su parte, la familia de la Iglesia Católica ayuda específicamente a través del Albergue diocesano y de todas las casas de acogida de las parroquias que se encuentran a lo largo de la costa. De ordinario, se procura asistir a los migrantes en tránsito, con comida, hospedaje para que descansen y estén más seguros y, si lo necesitan, ofrecerles alguna ayuda sanitaria.
C. Cuál es el camino para salir? Indudablemente el problema de la migración es muy complejo y hay causas muy hondas, desde aquellas que tocan a los países de donde la gente sale (pobreza, violencia, persecuciones políticas, falta de oportunidades, por señalar algunas de las causas), desde la política internacional, especialmente para nosotros, del país vecinodel norte, y sobre todo desde nuestra propia política nacional. Por tanto, el camino de solución está en todos esos niveles y es multifactorial y multinacional, por lo que su solución está a corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, también creo que todos, enmayor o menor medida somos responsables y estamos implicados. Pero, para nosotros, en donde el ambiente se ha tornado difícil, URGE que se atienda a los hermanos migrantes porque ellos no quieren quedarse aquí; y, además, no hay una estructura adecuada para acogerlos (trabajo, viviendas, salud… educación…). La idea que se ha escuchado de unllamado gran campamento, como hemos visto los grandes campos de refugiados en África,no es la solución adecuada. Esto no solucionaría sino empeoraría la situación. La política de contención no atiende el problema; por el contrario, lo aplaza y lo agrava puesto que va generando una especie de embotellamiento y caos para toda la ciudad. Aquí todos padecemos esta situación, no sólo los migrantes.
D. Mensaje a nuestras autoridades civiles. A los tres niveles de gobierno les ruego: enUstedes, en sus manos está, en gran medida, la solución inmediata a esta situación que vivimos. Ustedes han sido democráticamente elegidos… no le den la espalda a su pueblo…Escuchen los gritos de los tapachultecos. Tapachula también es México. Y, por lo mismo,toquen sus corazones y atiendan a nuestros hermanos migrantes; puede haber más opciones para ellos; la violencia no es opción. Escuchando a unos también escucharán a los demás.
3. “A favor de la vida y de la mujer”. Ruego a toda la familia diocesana que podamos leer, por lo pronto, este comunicado que hemos hecho todos los obispos de México frente a laresolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la despenalización del aborto. En comunicados subsecuentes iremos abordando tan delicado asunto.
Encomiendo a la paternal protección de San José, custodio de las vocaciones, y al abrazo amoroso y maternal de nuestra amada Reina Inmaculada Margarita Concepción, a toda la familia diocesana.